El Alien

La primera vez que lo vi pensé “No me gustan estos Aliens”.

Llego una mañana mientras trabajábamos en los campos de cultivo, se veía desorientado tenia unas ropas raídas, era delgado, sus manos y sus extremidades eran largas y huesudas, su piel era muy blanca y suave a pesar de su aspecto sucio y mal traído, una extraña mezcla, piel de niño en un enorme cuerpo delgado, su rostro delgado con un prominente apéndice nasal que creaban un rostro inquietantemente humano.

Así apareció esta criatura en nuestro mundo, en mi mundo, un nuevo mundo que intentábamos construir, una nueva tierra donde empezar de nuevo, cuando llegue a esta mueva tierra solo conocía a una persona, era un colono mas viejo que yo que vivía en este lugar desde hace algún tiempo era un ruso medio loco con el que solía beber vodka después del trabajo y durante mucho tiempo fue mi único amigo en estas desoladas tierras, luego de un tiempo comencé a sociabilizar con el resto de los colonos y cada vez me integre mas a las formas y comportamientos de la colonia, aquí encontré una mujer y una nueva vida que comencé a forjar con trabajo duro, tedioso y monótono, pero era mi hogar quería que fuera mi hogar, nunca antes en mi vida había querido tener uno, solo vagaba entre estos nuevos mundos con curiosidad pero en realidad nunca me sentí parte de nada, mas bien me gustaba viajar en la oscuridad del espacio sumido en el silencio sintiéndome a la deriva, aun que siempre seguíamos las rutas comerciales conocidas y legales.

La atmósfera de este lugar era densa y cansadora pocas veces me sentí realmente satisfecho mientras estuve trabajando, siempre me sentía agotado y agobiado, el resto de los colonos se sentía igual, la única cosa que valía realmente la pena, la única razón para seguir construyendo sobre esta agreste tierra era mi mujer. Llegar a mi refugio y verla limpia y fresca recién salida de la ducha secando su cabello, escuchando música, preparando algo de comer, y pensando en sus cosas, cosas en las cuales yo no quise involucrarme o entrometerme, quise respetar su propio mundo para que ella fuera libremente parte del mió.

Ella era todo mi mundo, era mi refugio, mi esperanza, su piel era mi más preciado tesoro, en sus muslos descansaba mi cabeza, en su vientre depositaba mi cuerpo y mi alma. Ella era más que todo, mi amiga, juntos reíamos pero también discutíamos, ella se quejaba de que yo siempre parecía cansado:

- Es este lugar amor, es agotador, solo te pido que me entiendas, yo trato de hacer lo mejor posible y necesito tu apoyo, sin ti este mundo no me sirve de nada, quiero tener un lugar, gracias a ti ahora tengo un propósito y siento la necesidad de tener un hogar, ya no quiero vagar mas.

- Ay, que va ser de ti sin mí, que te sucederá si yo no estoy.

- Bueno- decía yo en tono de broma- llorare mucho, por un buen tiempo me sentiré miserable y luego aprenderé a continuar sin ti.- pero luego mi corazón se abría, dejaba la broma de lado para dar paso a las palabras mas honestas que jamás dije- pero jamás te olvidaría, me has hecho cambiar tanto, que jamás te podré olvidar, gracias a ti soy mejor que antes, solo apóyame, abrásame, bésame es todo el alimento que necesito.

Esa era nuestra vida hasta que aquella criatura emergió del desierto. Le dimos atención medica, lo alimentamos, se veía agradecido, se veía que le había ido mal, después de todo, el alíen y nosotros éramos ajenos en este lugar, la colonia no solo era mi refugio sino el templo de muchos con peor pasado que el mió, ningún colono era realmente malo, solo habían tenido vidas muy duras, los mas jóvenes disfrutaban de esta nueva vida todos con grandes esperanzas, los mas viejos estaban ya acostumbrados al clima y a la atmósfera, así que no les importaba mucho, así que el nuevo visitante fue bien acogido, tal vez seria de ayuda ese par de brazos que a pesar de ser delgados se veían muy fuertes.

Al principio uno de los mas viejos colonos comenzó a mostrarle como se trabajaba, la criatura parecía entender bien y poco a poco comenzó a ayudar en las labores del campo, yo lo veía pasar a la distancia y nunca se acerco a mi, cada vez que pasaba a mi lado sonreía y yo trataba de ser cortes.

Una noche mientras comía con mi mujer, me comento que había conocido al nuevo habitante – es muy amable – dijo, y yo la mire, ella seguía comiendo como si el tema no fuera importante, pero para mis oídos había algo extraño en ese comentario – ¿Que? – dijo cuando se dio cuenta que la miraba extrañado - ¿No tendrás Celos?

La mire un segundo escudriñando en sus intenciones, se que a veces le gustaba provocarme, irritarme, solo para molestar, y poco a poco esas bromas fueron provocándome cada vez mas molestia.

- Bueno – respondí – a mi no me agrada mucho. Hay algo raro en el cada vez que me ve sonríe pero yo no siento que sea sincero.
- Eres muy desconfiado el no es malo.
- Supe que fue algo agresivo con una de las colonas, incluso amenazante.
- Si lo se, pero esa tipa esta loca yo creo que exagera, el no es malo es muy amable.

Trate de no seguir el tema, pero sabia que había algo raro en su comentario, una especie de prueba como si ella tantara el camino para un tema mas importante, pero en fin terminamos de comer y nos acostamos, esa noche tampoco intimamos ya habían muchos días en que ella no quería nada con migo y yo ya estaba algo irritado, pero me contenía no entendía esta distancia. Ella solo repetía que yo no era el problema que ella estaba mal y que era un periodo donde no quería contacto.

Durante este periodo yo seguía con mis labores y mi vida cotidiana, un día la fui a ver al huerto donde trabajaba y vi que estaba trabajando con la criatura, cuando me acerque el individuo se escabullo discretamente como si estuviera ocupado y llevo unos almácigos y plantas en una carretilla lejos del huerto.

- Hola - le dije a ella.
- Hola y ¿tu?
- Nada te vine a ver – ella sonreía como si nada pasara.
- Ha- algo de cinismo y oculto había en sus respuestas
- Vamos a la taberna, muchos van a ir hoy hay un cumpleaños.
- No quiero – estoy cansada.
- Pero vamos será agradable nos hará bien la distracción – le roge, tenia la esperanza que se animara.
- No, no quiero- dijo y me miro esperando una respuesta.
- Bueno, te molesta si voy yo solo – esperaba que me dijera que si que quería que me fuera con ella al refugio, pero dijo.
- No, anda si quieres, yo no soy tu dueña eres libre.

En la taberna todo estaba muy animado pero yo me sentía ajeno como nunca en esos años en la colonia, miraba a las otras muchachas que bailaban y reían saludablemente y mi necesidad cobraba y exigía acción, yo me contenía, había en mi una profunda convicción de mi mujer volvería a amarme como lo había echo antes, pero las dudas y los temores siempre mueven las mas terribles ideas a través de los mas sórdidos recovecos de nuestra mente. Comencé a pensar y unir los cabos sueltos en los últimos sucesos y en todos las imágenes aparecía el alien como la única pieza que encajaba en todas las aristas de la historia, era su influencia sobre mi mujer la que la alejaba de mi, su presencia siempre distante pero presente en todo momento, no había sido solo ahora, no, ya había pasado antes en varias oportunidades rondaba el sector, la miraba insistentemente y cuando me veía reuia mi mirada, siempre su sonrisa falsa, mientras en este Bar estaban todos los colonos, ni el alien ni mi mujer estaban aquí, donde esta él, donde esta ella.

Bailes, bebidas, sonrisas, pero mi corazón era rabia, era dolor, era angustia, la incomodidad del ruido, del aire viciado, la gente borracha y alegre, eran punzadas, eran patadas, solo sentía dolor y odio nada mas, las ideas seguían dando vuelta en un vertiginoso espiral ascendente y voraz como la tormenta más devastadora.

Salí corriendo hacia mi refugio, corrí segado y dominado por la ira, donde estaba el, donde estaba ella, a través de los campos y los cultivos no respete las cercas ni los sistemas de riego, yo mismo era la destrucción de nuestro mundo y al fin llegue, las luces estaban prendidas, la puerta abierta y el alien parado dentro de mi refugio, se veía imponente mas grande que nunca, se veía recuperado y vivo, sus largas extremidades se veían fuertes, su diafragma mas grueso pero igual mente delgado y estilizado.

- ¿Donde esta?- grite - ¿donde esta?- Pero el no respondía solo me miraba desafiante y sentía por fin su odio hacia mi y yo ya no me sentía culpable por odiarlo, ahora tenia sed de venganza.

Solo fue unos segundos, pero tuve las sensación de que fueron años, como un viaje de miles de años luz a través de la oscuridad del espacio, sentía que el Alien había consumido a mi mujer, sentía que ella, que su esencia, ahora residía dentro de el.

La desgracia puso un cuchillo en mis manos y me abalancé sobre la criatura con un apetito de venganza tan poderoso que no hubo miedo ni dudas, solo sabia que dentro de el estaba mi amada y debía recupérala. No se si habrá sido el odio, o la atmósfera del planeta había aumentado mi fuerza, pero sentí que mis golpes sobre su blanca piel eran devastadores, la piel se abría ante mi como las hojas de un libro, y me revelaron sus entrañas y ahí estaba, latía erráticamente con terribles convulsiones, de un rojo intenso y un olor empalagoso que abrió mi apetito, inpulcramente lo retire de su lugar y comencé a comerlo, su sabor era fuerte y pesado, pero en el debía estar su esencia, en ese órgano siniestro debía de estar atrapada, debía recuperarla, ella era mía.

Después de saciar el apetito y la sed de venganza, ella no estaba, dentro de estos órganos no estaba su freso aroma de la tarde, ni la suavidad de sus caderas, no su aliento, ni sus ideas, ahora me sentía mas vació y ella no estaba en ningún lugar del refugio, no había gente cerca ella no estaba, corrí de vuelta al huerto y al invernadero y ella no estaba, entonces mi mirada se centro en el desierto al cual nadie se acercaba, en el limite, en la frontera de mi mundo, vi una silueta difuminada por la distancia y el viento, una figura del recuerdo, un fantasma perdido y corrí tras el, la llame, le gritaba, le rogaba pero cada vez se adentraba mas en este infierno desolado y agreste.

¿Cuanto tiempo corrí y camine tras esta figura?, no lo se, solo se que fue mucho, estaba perdido sin agua pero extrañamente sin hambre. Camine mas y mas, sobre estas tierras del olvido y ya casi al final de todas mis fuerzas, extenuado, famélico, moribundo, llegue a unos huertos verdes y nuevos, había ahí varios seres pero mi vista cegada por el sol no los distinguía, solo se lo que sentí.

Uno de ellos me miraba y sentí en mi corazón sus pensamientos: "No me gustan estos Aliens".